martes, febrero 21, 2012

Doctores contra el frío


Hay ciertos tipos de frío que ninguna manta ni calefactor pueden combatir. Hay momentos gélidos en los que hay una fuente suprema de calor apasionado que consigue librarnos de la hipotermia de espíritu. Es Ella, amigos, la que de verdad consigue abrigarnos el alma. Ella la que nos rodea y acoge en su regazo, nos acompaña día a día, la que marca el ritmo de nuestros pasos. Es Música la que, con auténtica generosidad, se comparte a sí misma con todos y nos une como muy pocas cosas en este mundo logran unir. Es Música la que tantas veces nos da la respuesta, la que pone en orden el caos en nuestras cabezas; es Ella la que encuentra la frase o melodía que define un día, un mes, un año en nuestras vidas o incluso la que nos expresa a nosotros mismos de la forma más auténtica.

Cuando el corazón empieza a sentir el calor de Música empieza a sobrar el abrigo, la ropa y hasta la piel, porque la carne envidia esa calidez que solo puede albergar el alma. Se deshace lo superfluo y quedan únicamente cuerpos y mentes entregados a Música, de la forma más democrática. Las voces se unifican, las manos se acompasan, las emociones se sintonizan, todos coinciden y todos nos hacemos Música. Doctor Robert ofrece ese ‘calor’ porque nosotros mismos lo necesitamos; sin vosotros, que nos compartís, faltaría un algo difícil de explicar. Sí, es cierto, os utilizamos para sentirnos bien, amantes de Rock, pero sabed que es algo recíproco, que a Él le va eso de las orgías musicales. A Rock le pone que gritéis cuando gritamos, que os perdáis con nosotros dentro de esa niebla húmeda y asfixiante, que os sofoquéis con nuestro sofoco y que nos obliguéis a dar más cuando pensábamos que ya nos lo habíais chupado todo.

Perded cuidado, porque si buscáis calor en Música, lo más probable es que Rock acabe encontrándoos; que si sois amantes de Música, os arriesgáis a que Ella también os ame − no es una amante que se rinda fácilmente− y el calor de Rock puede acabar quemándoos por dentro.

Quedáis advertidos.

D. Robert

No hay comentarios: